Terror en la Frontera
¡Alarmistas! ¡incendiarios! ¡sicóticos! e incluso ¡perseguidores del estado! son algunos de los adjetivos con los que las autoridades locales en Tamaulipas y algunos medios de comunicación nacionales se han referido a los habitantes de este fronterizo estado que desesperados por la situación en la que se han visto emboscados en los últimos días buscan hacer eco de la realidad que viven ya sea a través del tradicional boca en boca o haciendo uso de herramientas cibernéticas, las redes sociales, particularmente twitter y facebook. La situación no es para menos, los enfrentamientos entre bandas del crimen organizado están a la orden del día y han venido a constituir un miedo constante por evitar a toda costa quedar atrapado en un fuego cruzado y es que en la frontera y algunos otros municipios de Tamaulipas aún la calma huele a miedo, a incertidumbre, a desconfianza, los lugares de diversión lucen vacíos, poca afluencia en las calles durante la noche, tácitos toques de queda.
La adaptación de nuevas rutinas del ciudadano fronterizo no se refleja solamente en sus acciones orientadas a resguardar su seguridad y la de los suyos, se enfoca además en crear redes de comunicación comunales, de encontrar eco de sus miedos, de transmitir voces de alerta, del sentido natural de supervivencia ante la indiferencia y negación de los gobiernos locales y el olvido y desinterés de los grandes medios de comunicación nacionales; y es que resulta indignante para alguien que vive a diario bajo alerta de balazos, que encuentra en su camino caravanas del ejercito o la marina, persecuciones, camionetas desafiantes, ejecuciones, retenes, levantones, granadas abandonadas, etc., decirle que NO PASA NADA, insistirle en que NO PASA NADA, intentar hace creer que NO PASA NADA; resulta impotente observar que el gobierno del estado ante tal emergencia salga a difundir un comunicado en el que ordena no creer en rumores y sugiere como vil referencia a un programa de comedia los 5 puntos para no caer en la psicosis y no hacer caso a los rumores.
Hoy decir que la frontera en Tamaulipas vive en terror es una radiografía más fiel de la realidad que el no pasa nada oficial, pero es lamentablemente también una situación que nadie sabe cuando va a terminar o si en verdad terminará algún día, si las calmas temporales son reales o si son solo una premonición de nuevas batallas, si los que están se quedan o se van o si regresan los que estaban, si alguna vez Tamaulipas logrará ser ese anhelado lugar donde NO PASA NADA. Por ahora solo le queda al ciudadano enfrentar sus miedos con responsabilidad civil y hacer de la información una herramienta de sobrevivencia en pro de su seguridad y de los que lo rodean.
¡Alarmistas! ¡incendiarios! ¡sicóticos! e incluso ¡perseguidores del estado! son algunos de los adjetivos con los que las autoridades locales en Tamaulipas y algunos medios de comunicación nacionales se han referido a los habitantes de este fronterizo estado que desesperados por la situación en la que se han visto emboscados en los últimos días buscan hacer eco de la realidad que viven ya sea a través del tradicional boca en boca o haciendo uso de herramientas cibernéticas, las redes sociales, particularmente twitter y facebook. La situación no es para menos, los enfrentamientos entre bandas del crimen organizado están a la orden del día y han venido a constituir un miedo constante por evitar a toda costa quedar atrapado en un fuego cruzado y es que en la frontera y algunos otros municipios de Tamaulipas aún la calma huele a miedo, a incertidumbre, a desconfianza, los lugares de diversión lucen vacíos, poca afluencia en las calles durante la noche, tácitos toques de queda.
La adaptación de nuevas rutinas del ciudadano fronterizo no se refleja solamente en sus acciones orientadas a resguardar su seguridad y la de los suyos, se enfoca además en crear redes de comunicación comunales, de encontrar eco de sus miedos, de transmitir voces de alerta, del sentido natural de supervivencia ante la indiferencia y negación de los gobiernos locales y el olvido y desinterés de los grandes medios de comunicación nacionales; y es que resulta indignante para alguien que vive a diario bajo alerta de balazos, que encuentra en su camino caravanas del ejercito o la marina, persecuciones, camionetas desafiantes, ejecuciones, retenes, levantones, granadas abandonadas, etc., decirle que NO PASA NADA, insistirle en que NO PASA NADA, intentar hace creer que NO PASA NADA; resulta impotente observar que el gobierno del estado ante tal emergencia salga a difundir un comunicado en el que ordena no creer en rumores y sugiere como vil referencia a un programa de comedia los 5 puntos para no caer en la psicosis y no hacer caso a los rumores.
Hoy decir que la frontera en Tamaulipas vive en terror es una radiografía más fiel de la realidad que el no pasa nada oficial, pero es lamentablemente también una situación que nadie sabe cuando va a terminar o si en verdad terminará algún día, si las calmas temporales son reales o si son solo una premonición de nuevas batallas, si los que están se quedan o se van o si regresan los que estaban, si alguna vez Tamaulipas logrará ser ese anhelado lugar donde NO PASA NADA. Por ahora solo le queda al ciudadano enfrentar sus miedos con responsabilidad civil y hacer de la información una herramienta de sobrevivencia en pro de su seguridad y de los que lo rodean.
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